Ché, que gusto de café!

De sentidos y sabores esta el mundo plagado de diversidad opinativa. La variedad de iconos y creencias esta a la orden del día. Los hay frioleros y calurosos, y los que sienten en casa de forma diferente. La verdad es que no sabría definirlo bien, pero es ese calor protector, extraño, perfumado por algo que sólo se huele en casa.

Es como una especie de viaje, con un mismo punto de partida, pero con infinidad de destinos. A mí me pasa con la miel en el café con leche de la mañana y, sobre todo, en el vaso de leche de la noche, acompañado por sólo eso, por miel. Pero lo mejor es a dónde me conduce. La manta en este punto es fundamental. Pero si eso lo acompañas por basura en la televisión, ambiente frío en el exterior, y una conversación tan carente de sentido como divertida en el interior, me atrevo a decir que lo que estoy saboreando en mi boca no se define en el diccionario de adjetivos en lengua castellana.